martes, 23 de junio de 2020

LA GIRALDA DE NUEVA YORK



Y no me equivoqué con el título, no. Y más de uno se sorprenderá…

El primer Madison Square Garden se abrió en 1879 en la esquina noreste de la Avenida Madison y en la calle 26, donde se encuentra el famoso Flatiron Building, para muchos el primer rascacielos de Nueva York. De ahí el nombre del complejo. Para esto se aprovecharon los antiguos terrenos de la New York-Harlem Railway Depot aprovechando que esta gente se había mudado a otros más baratos y grandes que luego se iban a conocer como Grand Central Depot. Sin comentarios…
Allí se celebraron bastantes espectáculos musicales e importantes combates de boxeo que pronto demostraron el éxito de la idea. Sin embargo pronto fue evidente que el recinto había quedado pequeño y surgió la idea de crear un segundo centro más grande.


Madison Square
Flatiron Building

Construido en 1890, el segundo Madison Square Garden fue un proyecto de gran belleza arquitectónica financiado entre otros por un tal J.P. Morgan, por lo que podemos darnos cuenta de que no iba a ser un proyectito cualquiera. Encargaron su construcción al entonces más famoso estudio de arquitectos de la City, formado por Charles McKim, William Rutherford Mead y Stanford White. Sobre todo por obra de este último, el complejo sería coronado por una réplica -a mayor escala- de la famosa torre-campanario de la catedral Sevilla, la Giralda, pero sustituyendo al querido Giraldillo por una estatua de la diosa Diana realizada por el artista de origen irlandés Augustus Saint-Gaudens. Este se inspiró como modelo en una corista famosa del momento, Evelyn Nesbitt, que tuvo un romance con White a su vez, y que aún después de casada con Harry Kendall Thaw, un empresario ferroviario de Pittsburgh, al parecer se dice que siguió manteniendo encuentros esporádicos con el arquitecto. Esto desembocó en el entonces llamado "Crimen del Siglo" cuando el 25 de junio de 1906, en el restaurante que ocupaba la terraza superior de esta Giralda yankee, el cornudo marido descerrajó tres tiros sobre el travieso arquitecto, provocando un gran escándalo mediático en su momento. Aún con todo, el bueno de Harry fue absuelto por entender que se trató de una "locura transitoria". Lo que no sería tan transitorio sería el pastizal que pagaría a abogados, jueces, y al bedel que pasaba por ahí. 

"La Giralda" vista desde Madison Square
Fachada a nivel de calle. 
El "Crimen del Siglo".

En cualquier caso, esta Diana original era una imponente estatua de cobre macizo de 5.5 m de altura que pesaba unos respetables 820 kg, pero al colocarla en su sitio en 1891 se demostró demasiado grande y pesada tanto para su autor como para White. Así que fue retirada y sustituida por una réplica de menor tamaño de 4 m y fabricada en cobre con el interior hueco, mucho más ligera y que cumplía mejor su función que la original. Actualmente, esta segunda copia de Diana puede ser admirada en el Philadelphia Museum of Art, pero si no se quiere ir tan lejos, se puede observar una réplica en el Metropolitan Musem of Art de la propia Nueva York. En cuanto a la original, lamentablemente esta se perdió cuando tras ser colocada para coronar el pabellón de EE.UU. en la World’s Columbian Exposition de Chicago, este fue destruido por un incendio al terminar la misma en 1893.

La diosa Diana a modo de "Giraldillo"

En todo caso, lo mismo que tenía White de enamoradizo lo tenía de buen arquitecto. La sala principal del Madison era considerada en su momento la más grande del mundo -61 X 110 metros-, con capacidad 8000 asientos que en su época debía ser pasmoso y eso sin contar con el aforo de "a pie", y que entre otros eventos acogió la Convención del Partido Demócrata de 1924. Y aparte del mencionado restaurante -el mayor de Nueva York en su momento- y jardín en la azotea, incluía una segunda sala de conciertos con una capacidad de 1500 personas, un teatro para 1200. A su inauguración acudieron unas 17.000 personas que pagaron religiosamente su entrada de &50, aunque imagino que invitados tan ilustres como el propio J.P. Morgan o el mismísimo general William Tecumseh Sherman no necesitarían aflojar la cartera.


Interior de Madison Square Garden hacia 1905.

Pero tal vez siguiendo la estela de White, la Giralda neoyorquina tuvo también su triste final, pues los resultados económicos no fueron tan satisfactorios como con el primer Madison Square Garden, y debido a una serie de impagos fue embargada por una hipoteca con su principal acreedor, la New York  Life Insurance Company, para posteriormente ser demolida en 1925. Estos aprovecharon la ocasión para encargar a otro afamado arquitecto del momento, Cass Gilbert, la construcción de su sede principal en dichos terrenos, lo que hoy se conoce como el New York Life Building. Terminado en 1928 en el 51 de la Avenida Madison nos encontramos con uno de los más icónicos edificios de Nueva York con 34 de sus 40 plantas utilizadas como oficinas con vistas al Madison Square Park y Rose Hill.  



New York Life Building

El complejo del Madison Square Garden se trasladó a la 8.ª Avenida y la calle 49, donde nacería el tercer Madison Square Garden, con la particularidad de que sería el primero de los Madison que no estaba situado en la Avenida Madison. Inaugurado en 1925 acogió hasta 1968 a equipos tan importantes como los New York Rangers de la Liga Nacional de Hockey o los New York Nicks de la NBA, aparte de los consabidos torneos de boxeo, espectáculos musicales, etc. Pero aún con todo era un edificio mucho más sobrio que el “sevillano”, y se dice que su aforo de 18.000 espectadores no contaba con buena visión del centro según donde te sentaras. Pese a que aguantó el tipo, con la llegada de los años 60 se fue buscando un nuevo emplazamiento. 

Tercer Madison Square Garden. 


Y así, el 11 de febrero de 1968 se inauguraba el actual Madison Square Garden que se encuentra frente a Penn Station (entre las calles 31.ª y 33.ª, en las avenidas 7.ª y 8.ª) y que a título personal, diré que por fuera no parece tan grande, pero por dentro sí me fiaré de la increíble escena inicial de la película Los Inmortales, y del que poco más se puede decir porque continúa haciendo historia. Sí diré que en la entrada tanto de este como de su predecesor, el tercero, hay una pequeña versión de aquella original Diana que a modo de Giraldillo creó Saint Gaudens en menor tamaño y en bronce tal vez para recordar que en sus manos una vez fue él el que indicó por dónde soplaba el viento en Nueva York.

Actual Madison Square Garden.